Facultad Politécnica - Universidad Nacional de Asunción
Aranduka Vol. 3, nº 1 (Jul. 2012)
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interesante. Cuenta con más de 100 hoteles en
el país, de diferentes capacidades ofreciendo
diferentes tipos de servicios y comodidades.
Tenemos hoteles en Concepción, Encarnación,
Villa Rica, Ciudad del Este, Caaguazú,
Hernandarias, San Bernardino, Colonia
Independencia. Además, tenemos proyectos de
unidades hoteleras interesantes en diferentes
ciudades del país.
Reconociendo el hecho que de todas la unidades
hoteleras que existen en la actualidad, muy pocas
son las que han sido construidas específicamente
para hoteles, tengo que decir que en Paraguay
tenemos una hotelería eficiente, privada y
meritoria. Meritoria, porque ella es el resultado
del trabajo y esfuerzo de la iniciativa privada.
Personas emprendedoras, dinámicas, visionarias
y decididas que vieron en su vocación de
servicio, la posibilidad de obtener beneficios.
Corresponde mencionar también, que esta
hotelería paraguaya, tiene también el merito
de haberse desarrollado con capital sano, pues,
debe dinero a nadie. Pero, lo notable es que
seguimos teniendo deficiencias y limitaciones
en el servicio.
En esta actividad hotelera, se brindó y se brinda
la oportunidad de trabajar, a mucha gente y,
durante mucho tiempo, las diversas funciones
hoteleras eran desempeñadas por personas que
no tenían una formación específica en ellas.
En otras palabras se aprendía a través de la
práctica en el ejercicio de la función misma.
Los sistemas operativos hoteleros eran sencillos
y hechos a la medida de cada unidad y criterio
de cada propietario. Se trabajaba con planillas
mercuriales, planillas de inventario, libros de
compras, registros contables “caseros”. No
teníamos claramente establecida la importancia
de todas y cada una de las funciones de la
hospitalidad, no se contrataba, fácilmente,
gerentes, conserjes, recepcionistas, jefes de
cocina, ni técnicos en mantenimiento hotelero.
Todavía, resulta difícil encontrar personal con
conocimiento de idiomas y formación en el
servicio y atención al cliente. A pesar de ello, la
hospitalidad, el espíritu servicial y la cordialidad
de nuestra hotelería era reconocida como muy
buena.
Actualmente, el conocimiento científico ha
permitido el desarrollo de equipamiento, métodos,
técnicas, sistemas y programas que no permiten
improvisar. Las personas que trabajan en la
hospitalidad necesitan educación, capacitación,
entrenamiento, pasantías, conocimientos de
idiomas, para poder funcionar en un campo cada
vez más exigente y competitivo. Se crearon y
desarrollaron carreras en administración hotelera,
se habilitaron escuelas de cocineros, pasteleros,
mozos, camareras, barman y sommeliers. Se
desarrollaron programas de administración,
supervisión y control como Catalina, Topsys,
Desbravador, Fidelio, Sabre, Amadeus, Opera,
etc.
La Gestión de la hotelería en particular y de la
Hospitalidad en general, se volvió más compleja,
precisa y profesional. El hotelero actual necesita
conocimientos específicos que 10 años atrás no
imaginaba que necesitaría.
Para que todo esto ocurra, se necesitó también,
de un cambio de actitud. Era muy importante
que se entendiera y comprendiera que, “para
servir a un caballero se necesita a un caballero”,
abandonar la actitud despectiva hacia quien sirve
o hacia la actividad de servir y encontrar honor y
dignidad en ella.
Es increíble el prejuicio y el preconcepto que
existía y todavía existe en nuestra sociedad hacia
quien sirve. Sin embargo, a todos nos agrada ser
bien atendidos, bien servidos. Un hotel lujoso, un
restaurante bien equipado y decorado, no puede
funcionar sin personal capacitado y dispuesto
a dar un buen servicio. El buen servicio, no es
una cuestión de capacitación y entrenamiento
solamente, es también una cuestión de actitud.
La persona que no se siente cómoda sirviendo,
la persona que no disfruta atendiendo no tiene
futuro en la hospitalidad.
El desarrollo de la hotelería, de los restaurantes
no es una cuestión de buena decoración,
ambientación ni ubicación solamente. Es
fundamentalmente una cuestión de buen servicio.
Todo lo bueno materialmente hablando que una
unidad ofrece, queda disminuido y opacado sin
un buen servicio de parte de todo el personal que